Es un plato muy bonito y absolutamente dietético. Al cortar y servirlo en platos puede convertir cualquier comida en una fiesta. Ningún gourmet se queda indiferente de la combinación perfecta de sabores de varios pescados.
Cojemos filetes de salmón, bacalao y atún.
Los cortamos en placas de 1−2 cm. Las placas se ponen de capas en un molde de cocina eligiendo su propia manera de combinar colores de pescado. Se tiene que poner sal en cada capa, echar pimienta y añadir un poco de eneldo seco, perejil y unas gotas de zumo de limón. Ponemos el producto bajo poca presión y lo metemos a la nevera para 5−8 horas.
Después, vertemos el líquido de molde y preparamos el surtido al baño de María o al horno bajo presión en la temperatura que no sube 75C hasta que llegue la temperatura dentro del producto no más que 55C.
Vertemos el líquido otra vez. Hay que enfriar bien el terrín listo.